La aceptación de las personas LGBT y el reconocimiento de sus derechos es algo que podemos ver con más frecuencia. Cada vez son más las personas que entienden la importancia de respetar a otros sin hacer distinciones sobre su orientación sexual e identidad de género.
A pesar de esto, hay una tendencia por aceptar más a aquellos que se asemejen a lo que se está acostumbrado. ¿A qué nos referimos con esto? Lo que menos cuestione lo establecido y más se adapte a ello, es mucho más cómodo de aceptar para una sociedad heteronormada.
Por ello es que frases discriminatorias como “los gays son más atractivos cuando conservan su masculinidad” se escuchan con frecuencia. En el caso de las personas trans, incluso esta distinción es más marcada, porque se les considera como más valiosas si es que no se les nota que lo son, a esto se le conoce como cispassing.
Espera un momento… ¿el cis qué?
El cispassing es cuando una persona trans parece, de forma indirecta o a propósito, que no lo es. El concepto se forma juntando “cis” con el gerundio del verbo pasar en inglés “passing”, por lo que una traducción literal del concepto podría ser “hacerse pasar por cis”.
Y a todo esto, ¿qué es una persona cis? Es aquella que está conforme con la identidad de género que se le asignó al nacer, según su sexo. En contraparte con las personas trans (tanto binarias como no binarias), que no se identifican con el género que la sociedad les asignó.
Este fenómeno está presente porque el cuerpo y la apariencia de una persona trans son más cercanos a los estereotipos adjudicados al género que transicionaron. Por ejemplo, si una chica trans tiene una voz aguda y tiene facciones finas o un hombre trans es muy alto y musculoso.
¿Por qué es un problema el cispassing?
Muy por la superficie, parece que tener cispassing es algo positivo, ya que ante los ojos de la sociedad estás logrando que esa reasignación de género sea tan exacta que sea imperceptible. Sin embargo, en realidad esto es una forma de discriminar a aquellas personas trans, cuya expresión de género o apariencia no encajan con esa hiperfeminización o hipermasculinización.
Se traduce en diferencias cruciales en cómo se les trata. Para empezar, están aquellos que dicen cosas nefastas como “¿A poco eres trans?”, “¿No me estás mintiendo?”, “Eres muy bonita/guapo, no pareces uno de esos”, etc. ¿Por qué en algún momento se les hace lógico pensar que esto son cumplidos? Es como si a ti, hombre o mujer cis, te dijeran “¿A poco sí eres hombre/mujer?”, ¿en serio lo tomarías como un halago?
Y pues, como todo lo que tiene que ver con la transfobia, esto afecta a la politización de su existencia. Estar en un cuerpo hegemónico puede ser la diferencia entre insultos en la calle, rechazos, pérdida de oportunidades laborales o hasta que una vida peligre. Esto ha llevado a personas trans a llegar a extremos por encajar en estereotipos y no porque así ellos realmente lo deseen. Por desgracia, el cispassing no es tan inofensivo como parece.
La identidad de cada persona es distinta
¿Por qué una persona trans tiene que ser mejor si no lo parece? ¿Qué tiene de malo que tenga marcas de cirugías, su físico sea distinto o su voz no sea lo que esperas? Todos los seres humanos somos distintos, no todos tenemos la misma altura, la voz de un mismo tono ni el color de piel de manera uniforme. Respetar nuestras diferencias también es hacerlo con la comunidad LGBT+.
No se ganan puntos por no parecer trans, ni por estar más cercanos a un estereotipo. Hasta en las personas cis, no todos son como nos dicta la sociedad. Hay chicas cis que son muy altas, toscas o que no quieren ver la feminidad ni en pintura y no por eso son menos valiosas. La identidad, y no solo la de género sino todo lo que somos, es personal. Cada ser humano tiene una forma distinta de verse y comportarse.
¿Y tú has pasado por el cispassing? ¿Has cometido el error de buscar halagar a una persona trans de esta manera?