En los tiempos de antes, donde nuestra abuelita tenía que adoptar un papel sumiso, atender al hombre, quedarse en casa y no estudiar, también se permeaba la idea de que entre mujeres éramos enemigas, pero ya no más. Hoy en día la que puede, puede y la que no, la ayudamos.
La peor enemiga de una mujer es otra mujer
La competitividad entre féminas, la violencia, envidias y demás barbaridades entre nosotras habían sido normalizadas por mucho tiempo. ¿Por quién o por qué? Por los estereotipos de género que fueron marcados y remarcados por los medios y la sociedad.
“Una mujer que reconocemos como más talentosa o con más habilidades supone una amenaza para nosotras, o al menos esto nos han hecho creer. Las típicas comparaciones de por qué no eres como esta persona o esta otra, no solo impactan en la autoestima sino también son el cultivo emocional perfecto para el desarrollo de emociones más destructivas, como la envidia o los celos”, comenta Marcia Stuardo psicóloga infanto-juvenil para una entrevista con el mostrador.
¿Por qué ya somos amix?
Hoy en día somos más mujeres que hemos tomado conciencia sobre los tabús y problemáticas con las que hemos crecido. Hoy sabemos que la chica bonita de al lado no es nuestra competencia, es nuestra amiga a quien debemos tener respeto y admiración.
Hoy nos apoyamos para que todas podamos empoderarnos, para que todas logremos nuestros propósitos, ya no nos juzgamos las unas a las otras, porque sabemos que todas pasamos y vivimos circunstancias diferentes.
El primer paso que nos ha ayudado a transformar estas ideas, ha sido la conciencia, pero no todo está hecho, sabemos que aún hay mujeres con estos pensamientos, en ocasiones nos pasa a nosotras también, pero lo fundamental es estar conscientes de dónde vienen estas concepciones para atacarlas.
A mi una amiga me salvó y ¿a ti?