¿Cómo realizar una ducha anal o enema de forma segura?

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hombre sosteniendo una bomba para ducha anal

El sexo anal es muy placentero y puede llevarnos a experimentar diversas sensaciones. Para tener la mejor experiencia al respecto, debes tener algunas consideraciones, ya que el ano es una parte muy delicada y sensible que con cualquier movimiento brusco o con alguna bacteria que entre, puede irritarse.

Claro está que hay una preocupación que muchos tienen antes de hacerlo por Detroit y es que el proceso natural por el que existe el Arnulfo es para defecar. Esto, por supuesto, implica que puede haber presencia de caca ahí (lo que es normal) y por ello buscan hacer una ducha anal o enema.

Métodos para realizar un enema

Hay cuatro babys, perdón… herramientas de las cuales puedes hacer uso durante un enema, es importante elegirlas bien tal como seleccionas a tu primer Pokémon o el color de sombras que usarás hoy:

Bombilla

Tipo más común de ducha. Se compone de una lámpara exprimidora hecha de goma o silicona en la que se inserta una boquilla.

Bolsa de ducha

Es una bolsa que se llena con agua y tiene un gancho. Incluye un tubo largo unido a la bolsa y un adaptador que ayuda a ajustar el flujo del agua.

Enfermera con una bolsa de enema

Manguera de ducha

Está diseñada para utilizarse en la regadera, ya que se puede conectar a un grifo.

Manguera para ducha

Fuente: Hornet

Enema fleet

Contiene fosfato sódico, el cual ayuda a sacar todo lo que hay en el intestino grueso. Se compone de un envase de plástico con una boquilla

Enema fleet

Fuente: Hornet

Hay dos formas de hacer una ducha anal. La primera es rápida, solo toma de 10 a 30 minutos, sirve para sexo anal o dildos comunes. La segunda puede durar de 30 minutos a 2 horas, se recomienda únicamente para prácticas como el fisting o el uso de dildos de fantasía. Aquí nos basaremos principalmente en el uso de la manguera, aunque con todos los métodos los pasos son casi los mismos.

¿Cómo hacerlo correctamente?

Para empezar, toda ducha anal o enema, debes hacerlo con una extrema higiene, en la regadera y cuando te sientas relajado. Recordemos que es una zona muy delicada y que es importante que el ano no esté tensionado, de lo contrario podrían no salir las cosas como esperamos. Ahora, teniendo esto en cuenta, sigue en orden estos pasos:

  1. Conecta la manguera a la regadera y ábrela para confirmar la presión y temperatura. El agua no debe salir de forma tan agresiva ni estar muy caliente ni demasiado fría. Si estás usando una bombilla o bolsa, llénala de una carga con agua tibia.
  2. Introduce la parte de arriba de la boquilla con cuidado en tu ano. Ten la precaución de no meter por completo el tubo, no es igual a cuando te metes un dildo, de lo contrario podrás irritarte.
  3. Libera el agua a presión permitiendo el paso del agua por la manguera o presionando la bombilla o bolsa. Si buscas hacer el enema rápido, espera 5 segundos. Si quieres hacer el profundo, espera 30 segundos y relájate, incluso tal vez en este caso necesitarás más cargas de la bombilla o bolsa.
  4. Pasado este tiempo, suelta el agua que hay en tu intestino. ¿Cómo? Haciendo la misma presión que cuando haces del baño. Permite que fluya el agua de la regadera para que todo se vaya por el drenaje. No te preocupes por el mal olor, es normal, estamos hablando de donde salen las cosas, amix.
  5. Repite los pasos 3 y 4 al menos unas 5 veces más hasta que el agua salga limpia y no tenga olor o este sea mínimo. Puede que durante el proceso sientas algunos espasmos o dolores, no te asustes, son completamente normales. Si estás haciendo la limpieza rápida, sáltate al último paso, en el caso de la profunda, esto no se acaba aquí, ya que el agua introducida puede tardar más en salir.
  6. Si aún sientes que hay algo ahí o siguen los espasmos es importante hacer poses de relajación, así como sobar el vientre y hacer una ligera presión en el ano, poniendo dos dedos al lado de él de forma paralela. También puedes introducir tu dedo con suficiente lubricante y sacarlo y meterlo a presión.
  7. Es indispensable que en este caso ya no haya mal olor ni restos en el agua, de lo contrario aún hay demasiado por sacar de tu hermoso intestino. Puede que incluso sientas espasmos o dolores más fuertes.

Al finalizar, debes limpiar con agua y jabón el recto, recuerda hacerlo con mucho cuidado, puesto que acabas de hacer un procedimiento un poco agresivo para el intestino grueso. Ahora solo falta secarte y con eso ya estarás listo para lo que sea que decidas meterte ahí.

Riesgos de hacerlo

No importa lo desesperado que estés por una noche de pasión para tu trasero, necesitas hacer con paciencia los anteriores pasos y asegurarte de que ya no hay agua atorada dentro de ti. De lo contrario, irritarás tu intestino provocando resequedad, exceso de mucosa y desgarres anales. También podría pasarte que si aún hay líquido que no has expulsado, salga cuando menos te lo esperas.

Otra cosa que hay que aclarar es que por más tentador que sea la idea de hacernos un enema cada vez que nos van a hacer un anilingus o nos van a dar por el Anastacio, lo mejor es hacerlo con moderación. ¿Por qué? Por más que nos encante pensar que somos un unicornio que no necesita defecar, el intestino grueso está hecho para guardar las heces, si hay una ausencia total de estas de forma tan prolongada, podría ser perjudicial.

En sí, muchos doctores recomiendan no hacerse un enema a menos que sea por causas médicas. Si llevas una dieta balanceada y correcta higiene anal, no debe haber ningún problema con que manches a tu pareja sexual o que si pasa (porque es algo normal) no pase de un manchón. Sin embargo, como siempre decimos en Placer punto a punto, eres libre de hacer lo que quieras, pero hazlo de forma segura y consciente.

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