Hacerle sexo oral a un hombre es muy excitante y nos hace experimentar diversas sensaciones que nos encaminan a llegar al clímax más satisfactorio. Mezclar la experiencia erótica con los movimientos de nuestra boca, la lengua y la saliva encima del cuerpo de él, nos lleva a otro nivel de placer que incluso algunos prefieren al acto que implica penetración.
Claro, decirlo de esta manera suena como un sueño húmedo perfecto, pero no siempre es así de fácil. Antes de comenzar o ya estando en el acto, inclusive, te preguntas: ¿Le va a gustar? ¿Y si no lo hago bien? ¿Y si lo muerdo? ¿Cómo voy a chupárselo sin ahogarme?
La realidad es que la mayoría tenemos dudas sobre cómo hacerlo y las inseguridades salen a flote, más si son las primeras veces que lo practicamos. Pero, no te preocupes, quédate a leer esta nota y te daremos consejos sobre cómo hacerle el mejor sexo oral a hombres.
La buena comunicación es la clave
Ya sabemos que te colman las ansias por saberlo todo de la acción, pero primero debemos tener algo muy claro. Si queremos que esto funcione bien (y en general cualquier cosa de la vida) debe haber buena comunicación. A él no le gusta absolutamente todo y a ti tampoco.
Escucha qué es lo que a él más le gusta cuando se trata de poner tu boca en sus genitales. ¿Le gusta que lo hagan fuerte? ¿Le encanta que lo hagan despacio? ¿Hay alguna zona en particular que lo haga prenderse como boiler? Además, si hay algo en particular que te gustaría hacerle con tu boca o si tienes una fantasía, también propónselo.
Claro, no podemos descartar la contraparte. A ambos puede que no les guste algo o que a él sí y a ti no. Tal vez hay cosas que se pueden negociar o aventarse a hacerlas y ver el resultado. Sin embargo, sí hay en especial algo que no les gustaría hacer jamás, debe haber respeto. Marcar límites hará que la experiencia sea lo mejor posible.
Logra que el oral sea muy placentero
Ahora sí, procedemos con la parte más divertida de todo: ¿Cómo hacer la mamada perfecta e infalible? Jajaja, es broma, no existe tal cosa como el blowjob perfecto, ya que todos somos distintos, pero sí puedes lograr que sea una experiencia muy placentera para ambos con lo que te vamos a decir.
El primer tip que te damos es que no son carreras. Si bien el porno nos ha enseñado que puedes llegar a hacerle una mamada a un tipo al momento en que se baja los calzones, esto no siempre puede ser efectivo. Lo mejor es que su pene esté erecto antes de meterlo en tu boca. Bésalo de lengua, acaricia su cuerpo, deja que él toque tu piel, hablen sucio, etc.
Ahora sí, a proceder a meterlo en tu boca hasta asfixiarte… No es cierto, ni que estuvieran haciéndote un estudio de la garganta. Lo que prosigue es que lo tomes con tus manos y lo introduzcas lentamente en tu boca. Besa su pene, lame el tronco desde abajo, mueve tus labios y apriétalo un poco.
Mueve tu cabeza hacia el frente y hacia atrás, primero haciendo movimientos sexys y cuidadosos. Quizá, si les gusta la acción fuerte puedas aumentar la velocidad. Míralo a los ojos, a muchos hombres les encanta eso y, si a ti te parece la idea, pídele que te agarre del cabello mientras lo chupas.
Ten en cuenta que la zona más sensible es el glande (la cabecita) y el frenillo (la parte entre que une el prepucio y el glande), por lo que jugar con la lengua en él, manipulándola de arriba abajo, de forma circular y lentamente puede hacer que el hombre se vuelva loco de placer y tenga un final feliz.
La fuente de la juventud: el momento del clímax
Mi momento ha llegado, diría el señor pene, porque ahora le toca escupir el rocío de la juventud, pero, ¿dónde debe hacerlo? Si te gusta tragártelos, deja que se venga en tu boca o en tu cara. Sigue chupando e incluso haz más presión cuando veas que se esté corriendo. Muchos cometen el error de alejarse, pero es mejor acercarse más para aumentar el placer. Solo aléjate si él te lo indica o si ves que siente dolor.
Si no te gusta el semen en tu boca ni en tu cara, puedes masturbarlo para que finalice y hacer que se venga en alguna otra parte de tu cuerpo o, incluso en su propio abdomen. También puedes sobar su glande con tu dedo pulgar en movimientos circulares, esto le hará correrse de forma placentera sin que tú quedes manchada en tu hermoso rostro.
Otra práctica que quizá les guste es retrasar un poco la eyaculación. No se trata de chupar y lamer sin parar hasta que el otro se venga. Para muchos funciona que si sienten que está próxima la venida del señor, pueden parar un poco, tocar en otra parte y besarse para luego seguir. Esto hace que, además, la eyaculación sea más intensa.
El deepthroat
Si quieres meter su pene hasta el fondo de tu garganta debes tomar en cuenta lo siguiente. En primera, no todos somos expertos lamedores de penes ni tenemos la garganta de un actor porno, por lo que debes introducirlo con calma. ¿O acaso eres un niño de auspicio con mucha hambre?
En segunda, respira. Puedes aguantar lo más que creas conveniente e incluso, si eso te parece bien, hasta sacar lágrimas. Sin embargo, debes de tomar en cuenta que eres un ser humano que también debe de respirar. No te ahogues, se trata de que el placer sea intenso y duradero, no de que termines en la morgue.
Y por último, nunca te presiones para hacerlo. Si sientes que te lastima, díselo y que paren. Si no soportas la idea de hacerlo de nuevo, no lo hagas. Es una práctica extrema que no es para todos ni es un requisito para tener un buen sexo oral.
No todo se limita a chupar el nepe
El wawis no se limita solo a chupar el pene y ya. Puedes mezclarlo con muchas otras prácticas. Puedes usar tus manos para acariciar su pene o tocar otras zonas erógenas como sus piernas y su trasero. Tocar y lamer el perineo (o sea, el puente entre los testículos y el ano) puede ser una gran opción.
A algunos hombres (sí, también a los heterosexuales, no permitamos que la masculinidad frágil limite nuestro placer) les gusta estimular su zona anal y su próstata. Existen masajeadores, perlas anales, tapones o vibradores (que no necesariamente son fálicos) que puedes introducir en su ano mientras le haces un oral. Incluso, puedes alternar y a veces darle un beso negro.
Además, la posición ideal para hacerlo no siempre es de rodillas como si fueras a confesarte a la iglesia. Claro que esto facilita que el pene esté frente a tu boca, pero pueden intentar otras poses como subirte en él o un 69 para que ambos se den placer mutuo con sus bocas.
Juega con los testículos
Hay hombres que disfrutan de que toquen y chupen sus testículos. Comienza chupando y lamiendo suavemente su escroto. Si ves que le encanta, puedes poner una de sus bolas en tu boca para chuparla como si fuera una paleta, haciendo movimientos circulares con tu lengua.
También puedes intentar el teabagging, es decir, cuando un hombre moja sus testículos dentro y fuera de la boca de quien le está practicando un oral. Se le llama de esa manera porque es como mojar una bolsa de té en el agua caliente. ¿Que ya no vas a tomar té? Al contrario, creo que te dimos un mejor pretexto para hacerlo.
Ahora, también puedes manipular sus testículos con tus manos, acercar tu cara y restregarla. Así también, puedes usar juguetes sexuales como los huevos tenga, una manga de masturbación o un anillo vibrador.