¿Qué es el bondage?

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El bondage es una práctica sexual que forma parte del BDSM. Quienes lo practican sienten placer al ser inmovilizados o al inmovilizar a la pareja sexual a través de ataduras con cuerdas, esposas, pañuelos o cintas. Durante esta práctica tú y tu pareja deben participar de forma consensuada y mutuo acuerdo.

Este término proviene del francés y se traduce como esclavitud o cautiverio. Las personas que lo practican buscan liberarse y experimentar sensaciones diferentes al permanecer atados o al inmovilizar el cuerpo de su pareja. Ahí es donde encuentran el placer, en la dominación de una persona y en la entrega de la otra.

Explorando el bondage

Este juego sexual surgió en Japón y en sus inicios se utilizaba para atar a los prisioneros, pero con el paso del tiempo se transformó hasta convertirse en una práctica sexual conocida como shibari.

Algo que caracteriza el bondage es el nivel del placer que se puede llegar a obtener durante el acto sexual. La satisfacción de entregarse sin reservas a la pareja y el placer de un sexo sin restricciones a través de fantasías sexuales, es lo que más les gusta a las personas que lo practican.

Cómo empezar a practicar bondage

Inmovilizar a una persona conlleva algunos riesgos, por eso aquí te compartimos una guía con todo lo que necesitas saber antes de iniciarte en esta práctica.

  1. Deben establecer roles de juego, uno tiene que ser el dominante y el otro el sumiso. Habla con tu pareja y decidan quién dominará y quién se entregará.
  2. Para poder disfrutar al máximo esta práctica sexual debes entregarte a tu personaje. La persona que será sumisa debe cumplir con todo lo que le ordene el dominante. En caso de que seas el dominante debes dejar volar tu imaginación y experimentar con lo que se le antoje a tu instinto sexual.
  3. Antes de iniciar es importante que elijan ciertas palabras clave. Estos códigos les servirán para comunicar si es momento de parar o si se quiere más.
  4. Las ataduras se pueden poner en cualquier parte del cuerpo como pies, manos, brazos, espalda, piernas y glúteos, excepto en el cuello, ya que cualquier mal movimiento podría afectar la circulación y causar un accidente.
  5. Es muy recomendable tener a la mano unas tijeras para poder cortar las cuerdas en caso de sentir incomodidad.

El bondage es una práctica muy placentera y de bajo riesgo si se tienen en cuenta las precauciones antes mencionadas. Lo más importante es que tú y tu pareja se sientan cómodos, se entreguen a sus deseos y disfruten de una nueva forma tener sexo.

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