Tener relaciones sexuales es algo que a muchos nos encanta. Lo practicamos de formas muy distintas, contemplando un amplio panorama de posibilidades. Desde lo más tierno, aquello a lo que le decimos hacer el amor, pasando por lo experimental, como las posiciones sexuales difíciles, hasta lo más intenso y radical como el sexo salvaje o el BDSM.
Los médicos incluso dicen que matar el oso a puñaladas casi todos los días, puede ser saludable para mejorar la salud física y mental. Claro, hay que tener cuidado con esto, ya que hay una línea delgada entre tener mucho sexo y desarrollar una adicción a este.
¿En qué consiste la adicción al sexo?
En general, una adicción se presenta cuando el consumo de algo o una práctica se convierte en algo de lo que dependemos, ya sea física o emocionalmente. Esto quiere decir que si esto no se lleva a cabo de forma frecuente, la persona en cuestión siente abstinencia, es decir, un malestar que no cede hasta no continuar consumiendo cigarrillos, alcohol, drogas, chocolates, etc.
En el caso del sexo, se desarrolla el llamado Trastorno Compulsivo Sexual (TCS), que consiste en desarrollar un comportamiento sexual excesivo que se convierte en el foco central de la vida de la persona, al punto de descuidar su salud, cuidado personal u otros intereses. En palabras más simples, esto sucede cuando alguien busca de forma desesperada y compulsiva tener relaciones sexuales, ya sea con su pareja, con otras personas o masturbándose.
¿Cómo sé si soy adicto al sexo?
Debemos separar muy bien dos conceptos: la promiscuidad y el TCS. La primera solo es la práctica de tener relaciones sexuales con distintas personas, mientras que la adicción al sexo es la conducta compulsiva de coshar, incluso con una sola persona o con Manuela o Deduardo (Sabes a qué nos referimos, ¿no?). Tampoco se debe dar por hecho que si nos gusta tener una vida sexual muy activa somos adictos
Según especialistas de la salud mental, los rasgos de personalidad que se presentan con el TCS son la impulsividad, búsqueda del riesgo, subestimación del daño, narcisismo y búsqueda de satisfacción permanente. Además, la adicción al sexo se puede dar por otros trastornos como depresión, abuso del alcohol y las drogas, ansiedad, así como por traumas sexuales.
Los hombres también pueden ser adictos al sexo
Existe la creencia de que solo las mujeres pueden desarrollar adicción al sexo, también llamada ninfomanía. ¿Por qué? La razón es que vivimos en una sociedad tan machista que ve como algo inherente a los varones el practicar sexo con mucha frecuencia, por lo que aún al hacerlo de forma desmedida sería lo “normal” en ellos. No obstante, la realidad es muy diferente.
Se estima que el 85% al 90% de pacientes que buscan atención por este trastorno son hombres, mientras que solo del 10 al 15% son mujeres. Así que sí, la satiriasis es mucho más común que la ninfomanía y, sí, efectivamente es un problema que afecta la vida de ellos. Puede ocasionar que no puedan continuar con sus labores cotidianas y les provoca problemas con sus parejas, más si estas no quieren tener sexo todo el tiempo.
Ante cualquier duda, lo mejor es ir con un especialista
Si sientes que necesitas tener sexo o tocarte con demasiada frecuencia y esto afecta tu vida diaria, entonces lo mejor es que hables con tu psicólogo o psiquiatra al respecto. Incluso, hay grupos de ayuda para las personas que tienen esta adicción, es un mito el que solo las sustancias como el alcohol y las drogas te pueden causar estos problemas.
Si bien no necesitas gritarlo a los cuatro vientos como Ricky Martin cuando salió del closet, tampoco debes de sentirte avergonzado. Cuando tenemos esta clase de problemas, muchas veces es mejor contar con nuestros seres queridos otorgándonos apoyo. Se ha probado que esto, además, puede ayudar considerablemente a superar la adicción.
¿Consideras que eres adicto al sexo o solo eres alguien que lo practica mucho?
Fuentes:
Cuidate plus
Top doctors
La mente es maravillosa
https://lamenteesmaravillosa.com/satiriasis-la-adiccion-sexual-masculina/