Los gustos sexuales son demasiado impredecibles, puesto que existe una variedad inmensa que no debe darse por obvia. Si crees que hay algo que no puede excitar a alguien solo porque a ti o la mayoría les causa vergüenza o asco, déjanos decirte que estás muy equivocado. Los fetiches y parafilias que se basan en lo escatológico como el golden shower y la coprofilia son un gran tabú, pero hoy te venimos a hablar de una menos conocida: la epoctrofilia.
¿Qué es la epoctrofilia?
¿Alguna vez has pensado que tirarte un pedo es placentero? Quizá sí en cuanto al alivio que todos sentimos al soltar ese aire que causa pesadez en nuestro intestino, pero hay quienes sienten que se les pone dura con ello. La epoctrofilia, también conocida como fart fetish, es una parafilia que implica la excitación por la presencia de flatulencias. Esta práctica es mucho más frecuente en hombres, tanto heterosexuales como homosexuales, aunque también hay mujeres que disfrutan de ella.
Algunos epoctrófilos sienten placer por expulsar una flatulencia dirigida a su pareja, otros por olerlas y escucharlas, así como hay quienes prefieren que se los tiren encima, ya sea en alguna parte del cuerpo o directamente en la cara. Así que cuando te digan “quiero que me los eches en la cara” o que te pidan sentarte en ella, puede que se refieran a algo muy diferente a lo que imaginas.
¿Por qué una flatulencia puede ser excitante?
La expulsión de gases es un tabú en muchas culturas y, por lo tanto, también pueden ser objeto de placeres prohibidos o morbosidad. Si bien es cierto que muchas veces los hombres lo hacen con más libertad, sobre todo frente a otros varones, se toma como algo desagradable o incluso objeto de comedia. Sobre todo, en sociedades que no lo ven a bien, las mujeres son más juzgadas si lo hacen, lo cual puede resultar más excitante a muchos hombres.
Por eso mismo, se han creado prácticas que mezclan incluso los fluidos sexuales con las flatulencias anales. Por ejemplo, los cum farts, en los cuales la persona penetrada es rellenada como pavo por el semen del activo en cuestión y para expulsarlo, se tira un pedo generalmente ruidoso y fuerte para aventar como chorro los mecos que estaban en su Anastacio.
Masculinidad y BDSM
La epoctrofilia puede relacionarse con la humillación y dominación, por lo que puede ir de la mano, en algunos contextos, con el BDSM. Si el dominante se tira un gas en la cara del otro o encima de esa persona, puede ser una forma de someter ante la sensación de desagrado que este causa. Asimismo, el hacer que el sumiso se tire un pedo, cuando en la vida común sentiría vergüenza, es una forma de ser controlado dentro de esta práctica sexual.
Algo que también argumentan quienes se prenden con el fart fetish, sobre todo los hombres gay, es que es muy masculino. Además de que, como ya los mencionamos, es más aceptado que ellos lo hagan en ciertos contextos, la voz varonil y las reacciones que los hombres demuestran al sentir alivio al expulsarlo o querer que lo notes para demostrar su virilidad, acompañan a este sentimiento de excitación.
Se considera muy íntimo
Sumado a esto, hay personas que lo sienten como algo muy íntimo por lo que se les hace incluso sexy. Admitámoslo, si bien no todos somos epoctrófilos, sí existen los casos en que, al tener una gran confianza con nuestra pareja, nos dejamos soltar como si fuéramos un globo desinflándose. Entonces, tienen un buen punto para decir que es algo íntimo.
Si tú te consideras epoctrófilo o te llama la atención el fart fetish, hay una gran comunidad que comparte este gusto. Así que, aun si no quieres compartirlo con el mundo, tampoco te consideres alguien que hace algo malo o no puede encontrar con quien compartirlo. Siempre que tengas sexo seguro y consensuado, lo que a ti te excite es tu problema y nadie tiene derecho a juzgarte.
¿Ya conocías el fart fetish? ¿Lo has practicado? Compártenos tu experiencia.