Tickling: lo mejor para un cosquilleo sexual

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Si estás buscando salir de la rutina con tu pareja probando cosas nuevas, te recomendamos el tickling, esta práctica sexual es muy fácil de implementar, además provoca muchas sonrisas y satisfacción al mismo tiempo.

panda riendo

Es muy común que se relacione el BDSM con ataduras, dolor, y otras varias técnicas que se podrían considerar “fuertes” para obtener placer. Lo cierto es que, aunque predominan este tipo de actos sexuales, también existe un lado divertido en el que la risa es la protagonista y es acompañada con el clásico toque de sumisión y dominación que posiblemente te puede llegar a gustar. Sigue leyendo para descubrir de qué estamos hablando.

Lo más divertido del BDSM

En el BDSM existe una práctica sexual llamada tickling, la cual consiste en provocar excitación a tu pareja por medio de roces que le causen cosquilleos e incluso existe una opción más fuerte donde la esencia son en su totalidad las cosquillas. 

 

Cuando se pone en acción el tickling el cerebro libera dopamina, esto provoca que la persona que lo recibe no solo sienta placer, sino que también entre en un estado de felicidad.

 

Cabe señalar que cuando se hace esto, se puede llegar al orgasmo estimulando el clítoris o el pene de la persona en cuestión, dándole un toque diferente de placer muy satisfactorio.

Las bases para hacer tickling

1. Nunca hay que olvidar el consentimiento: Para todo acto sexual es de vital importancia que lo hables con tu pareja para poder llegar a acuerdos en donde los dos estén seguros de que quieren hacerlo, no importando si está basado en una relación de dominación y sumisión.

2. Los roces son la clave: Cuando se hace tickling es fundamental tener a la mano herramientas que te ayuden a ejecutarlo a la perfección, como por ejemplo:

  • Plumas
  • Plumeros
  • Juguetes sexuales
  • Alimentos afrodisíacos

Una vez te hayas decidido por cualquiera de las herramientas mencionadas anteriormente, sigue la técnica, esta consiste en rozar lentamente las partes del cuerpo de tu pareja que son erógenas como el cuello, la parte interna de los muslos, las nalgas, la espalda, las palmas de las manos, etc. Aquí el punto es que conozcas el cuerpo de tu compañerx sexual para provocarle ese placer, de igual forma puedes ir descubriendo que zona es más sensible a estos roces una vez empieces con la sesión de sexo.

3. La privación de sentidos da un plus: Algo que puedes implementar en esta práctica es poner una venda en los ojos de tu compañerx y amarrarlx, así te aseguras de que no se mueva y a potenciar las sensaciones que va a recibir.


4. No hay que olvidar la palabra de seguridad: Sin duda alguna lo fundamental en el juego de amo y sumiso es la palabra de seguridad y para el tickling no hay excepción para esto. Sobre todo si pretendes que sean más que roces y se enfoquen en las cosquillas, con esto evitarás que pase algún tipo de accidente.

Como puedes ver, el tickling es muy fácil de hacer y no se requiere de mucho para lograr conseguir lo que se está buscando, siempre intenta que tu pareja se sienta relajada y bríndale la seguridad que está buscando para poder llevar sus fantasías sexuales al límite. Cuéntanos, ¿qué otra práctica del BDSM te gustaría implementar?

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