¿Hombres gays y machistas? Sí, es posible

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Una sociedad heteronormativa se caracteriza por exigir que cumplamos con ciertos estereotipos según el género que se nos asignó al nacer. Incluso, pone en un pedestal a los hombres “muy viriles” que buscan entrar en este dogma. Como consecuencia, esto provoca actitudes machistas que menosprecian a la mujer y a lo femenino, sobre todo por parte de los hombres.

Por esta razón, frases como “eso es de niñas” o “qué maricón eres” solo por gustar del color rosa, amar artes como el diseño y la danza o no querer practicar deportes son muy comunes para intentar corregir a los que son distintos. Muchos dan por sentado que un hombre gay al vivir discriminación machista, de la nada se quitó todas esas conductas; sin embargo, estamos muy lejos de que esto sea así.

Los hombres gay siguen siendo hombres, esto parece una obviedad pero luego las personas heterocis piensan que quieren imitar a las mujeres o que son un ente entre ambos sexos. Esto, por supuesto, no solo implica que su identidad de género sea esa, sino que ellos replican aún conductas nocivas que se les enseñó al ser socializados como un varón.

El machismo sigue en los hombres homosexuales

Hay una constante tendencia de seguir viendo como superior a los masculino y fuerte, mientras que lo femenino y débil es despreciado. Para empezar, muchos gays piensan que pueden llamar a sus amigas “putas”, “zorras” o “golfas”, así como tocarlas o emitir opiniones misóginas tipo “Ay amiga, es mejor que digas que eres virgen” o “¿Ya viste a esa como viene vestida?”.

Creer que el hacer bodyshaming o slutshaming es válido contra una mujer u otro gay solo porque somos hombres homosexuales es una idea muy equivocada. Claramente ser gay no es un pase directo a ser un patán y misógino. Siempre recuerda cuestionarte si algunas actitudes son odiosas, hirientes y sobre todo discriminatorias.

Además, también se llegan a hacer comentarios que parecen inocentes, pero tienen mucha misoginia de por medio. Está bien que no te gusten las mujeres, es totalmente válido y respetable, pero no te da derecho a verlas como menos. Eso de “la papaya ni en licuado” o “las lesbianas me dan miedo” solo demuestra un rechazo y odio a la mujer, más que dejar en claro que a ti te gustan los hombres. Incluso, es transfóbico porque los hombres trans también pueden ser gays y tienen vulva.

Los activos masculinos se ven como superiores

En el sexo gay es muy común tomar un rol sexual definido, es decir, si te gusta penetrar (activo), ser penetrado (pasivo) o ambas (ínter). Claro, esto no se traduce solo a quién hace cada cosa en el cuchi cuchi, sino que trasciende a los estereotipos de género y, por lo tanto, al machismo. ¿Cómo pasa esto? Viendo como superior al activo y como inferior al pasivo.

Se cree que todos los activos deben ser muy masculinos, rudos, tener vello corporal abundante y una voz gruesa. Mientras que los pasivos son delicados, lampiños, afeminados y con una voz muy delgada. Esto es algo muy cuadrado, pero hay gente que en realidad lo cree así. Entonces, se considera que el pasivo es inferior o incluso es un tabú el admitir que este rol sexual existe, pero aceptémoslo, sin pasivos no habría activos.

Sumado a esto, si hay un activo o pasivo que no cumpla con estas características se le ve como algo raro. Se llega a suponer que por su personalidad tienen un rol en específico que es inamovible. Pero aún se llega a pensar que si no te gusta el pop o no haces algo de ambiente gay, eres heterosexual o solo puedes si a caso a ser un activo muy masculino.

Plumofobia

Por supuesto, también están los que solo aceptan a los gays masculinos, aun si su rol es de pasivo. Dicen cosas como “los gays nos vemos mejor conservando nuestra masculinidad”, “si quisiera a alguien tan femenino, mejor me haría hetero” o “solo me gustan los discretos y varoniles, nada de obvias”. Para empezar, ¿por qué es algo malo que se note “lo gay”? ¿Que no efectivamente lo eres?

Esto da como resultado la plumofobia, es decir, un desprecio hacia los “gays de ambiente” que tienen mucha pluma (actitudes de gay o femeninas). Además, también  se menosprecia a la comunidad trans por no entrar estrictamente en este estándar. Se dicen insultos como “loca”, “pasiva”, “brincotera”, “vestida”, etc. La diversidad es muy grande como para pensar que solo debemos replicar los estereotipos de masculinidad y feminidad al pie de la letra sin que cada persona sea distinta.

No tiene nada de malo ser un gay masculino

Claro que no estamos diciendo que ser masculino sea algo malo. Si a ti te gusta usar el pelo corto, barba, ropa viril, jugar deportes y tener una tardeada con puros amigos hombres es algo muy válido. Tampoco es que te atraiga la masculinidad en otros varones; incluso existen comunidades como la leather y la de los osos que buscan llevar al extremo la virilidad.

Lo que está totalmente mal es ver como menos a quienes no lo hacen o a quienes lo hacen pero también tienen gustos vistos socialmente como femeninos. No encasillemos la personalidad de alguien, bien te puede gustar Madonna y ver el fútbol con tus compas a la vez. Rompamos estos roles de género también dentro de la comunidad LGBT+ y respetemos que todos somos diferentes.

¿Conoces a un hombre gay que tenga estas actitudes? ¿Qué piensas al respecto?

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